Dr Edgardo Schneider
Introducción:
Los aneurismas de la arteria esplénica son
responsables hasta del 60% de todos los aneurismas viscerales, y es el tercer
aneurisma abdominal más común, después de los de aorta y de las arterias
ilíacas1.
Se lo define como una dilatación anormal de
la arteria esplénica mayor a 1
cm de diámetro. Se presenta mayoritariamente en mujeres
y la relación es de 4:1 Aunque la patogenia no está completamente entendida,
los factores de riesgo incluyen arteriosclerosis, hipertensión portal,
embarazo y fibrodisplasia de la arteria esplénica.
La importancia del diagnóstico y el tratamiento
del aneurisma de arteria esplénica radica en el riesgo de rotura, que aumenta
significativamente más allá de los2
cm de diámetro.
La mortalidad después de la rotura varía
desde el 25% al 70%, dependiendo de la patología subyacente.
La historia natural de los aneurismas esplénicos es igual a la de
todos los aneurismas, con progresión paulatina de su diámetro hasta presentar rotura del mismo, mayormente hacia
retroperitoneo u órganos adyacentes.
Presentación de caso:
Paciente masculino de 62 años que consulta por cuadro de halitosis
de meses de evolución, es evaluado en el Servicio de Cirugía General, donde se
le solicita seriada esófago gastroduodenal (SEG), evidenciándose a nivel del
cuerpo gástrico lesión radio lúcida con halo de aproximadamente de 3 cm de diámetro, que se tiñe con medio de
contraste Se decide realizar Video Endoscopia Digestiva Alta (VEDA), en la
cual se evidencia esofagitis Grado II como único hallazgo de importancia. Debido
a las dudas diagnósticas se le solicita tomografía multislice (TACMS) donde se
visualiza a nivel de arteria esplénica aneurisma sacular de 3,5 x 2,5 cm de diámetro, el mismo presenta
calcificaciones parietales, el resto de la arteria esplénica sin alteraciones.
Se decide realizar una intervención quirúrgica electiva, en la
cual se visualiza aneurisma cabalgando sobre dorso de páncreas, se realiza
resección del saco aneurismático y anastomosis términoterminal de arteria
esplénica. El paciente recibe alta
sanatorial al cuarto día de internación. A los cinco días del alta el paciente concurre a la guardia con cuadro de dolor abdominal,
sugestivo de pancreatitis aguda, la cual se confirma con
los resultados de laboratorio, se realiza Tomografía Computada (TAC) de abdomen
y pelvis que evidencia, a nivel de páncreas, colección liquida de 8,2 x 7 cm que podría corresponder
con pseudoquiste pancrático o colección en dicho nivel. Por lo cual se decide
su internación para drenaje percutáneo de dicha colección. El paciente presenta una evoluciona favorablemente posterior
a la colocación del drenaje y es dado de alta al cuarto día con el drenaje
percutáneo.
Discusión:
La
incidencia del aneurisma de arteria esplénica es difícil de evaluar, pero según
datos de necropsias ronda el 1%, representando el 60% de todos los aneurismas
de arterias viscerales, se presenta mayoritariamente en pacientes adultos y de
sexo femenino1,3; siendo los
factores etiológicos más frecuentes, arteriosclerosis, hipertensión portal,
embarazo y fibrodisplasia de la arteria esplénica1,2,3. La mayoría
de los pacientes no presentan síntomas de importancia, y generalmente es un
hallazgo casual, o presenta síntomas relacionados
a molestias inespecíficas epigástricas1,3.
El diagnóstico
muchas veces se determina por la presencia de una calcificación redondeada en
la región epigástrica o zona de la arteria esplénica, hecho que acontece en el
70% de los pacientes y que fue el caso de nuestro paciente1. El
diagnostico más exacto se realiza mediante aortografía, TACMS, o RNM.
Actualmente
existen múltiples maneras de resolución quirúrgica para el aneurisma de arteria
esplénica, siendo discutida cuál es la más adecuada
para el tratamiento del mismo. El tratamiento depende usualmente del modo de
presentación, localización y tamaño del aneurisma.
La cirugía convencional, hasta la última década, fue el pilar de la terapia. Recientemente, han
evolucionado otras técnicas menos invasivas, las cuales incluyen la cirugía
laparoscópica8, embolización endovascular y exclusión con stent del
aneurisma. La vía clásica, abierta o por laparotomía, es un método de probada
eficacia, pero relativamente traumático y con mayor morbilidad. La vía laparoscópica
es una alternativa excelente y poco agresiva que
muchas veces se asocia a infarto esplénico y requiere de un cirujano
experto en dicha técnica. El tratamiento percutáneo endoluminal pueden tener inconvenientes en la colocación del stent
debido a la presencia de arterias esplénicas tortuosas y la probabilidad de
recidiva1,4.
En nuestro caso consideramos que
la cirugía convencional o laparoscópica es la mejor forma de abordaje para
pacientes con riesgo quirúrgico moderado, siendo de elección la embolización
endovascular para pacientes que presenta riesgo quirúrgico aumentado.
Fig. 1 Seriada Esofogagastroduodenal. |
Fig.2 TCMS reconstrucción 3D, donde se visualiza aneurisma esplénica calcificada
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Fig.3 TCMS corte axial, que muestra aneurisma esplenica calcificada.
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Fig.4 Pieza operatoria |
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